No hay mejor manera de conocer la historia que mirando a nuestro alrededor. Nuestro patrimonio nos habla de tiempos pasados y conociendo lo que tenemos cerca podemos imaginar un tiempo anterior. Los chicos y chicas de Bolea descubrimos esto el lunes 10, visitando la Colegiata de Bolea.
Por supuesto, ya conocíamos este lugar, pero tal vez no desde la perspectiva de qué han vivido sus paredes. Gracias a la amabilidad de los administradores, que nos permitieron entrar sin pagar entrada, vimos su interior y las obras que en ella se guardan. Elena fue una guía excepcional y nos contó cuándo se construyó este edificio, qué función tenía y el por qué de su importancia.
Algunos de los valiosos elementos que descubrimos en ella fueron el órgano y los retablos. Pero además vimos algo inesperado, pues unas tablas del retablo fueron recogidas ese mismo día por el Prado para ser expuestas en él.
Un día diferente en el que aprendimos nuevas cosas y ¡nos lo pasamos genial!
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