Allí pudimos pasear un poco y utilizar nuestros sentidos para conocer el entorno. ¡El bosque tiene muchas texturas diferentes que podemos tocar! Después, pudimos correr y jugar. Nos encanta jugar al Lobo. Al final de la mañana, ya en el colegio, leímos un cuento y descubrimos un cofre del tesoro secreto, que nos ayudó a conocernos por dentro. ¿Quién sabe lo que tenía dentro?
La clase de los mayores ya son exploradores expertos, y por eso decidimos llevar la expedición un poco más lejos y subir hasta el Convento de la Trinidad. Además de ver los colores del otoño, pudimos hacer una caminata, ver el antiguo edificio de la ermita... Y a la vuelta... ¡tuvimos que escaparnos de la lluvia! ¡Una aventura completa!
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